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Arte rupestre en el viejo Paso de Cochamó 

La tradición de arte rupestre se manifestó por primera vez en la Patagonia iniciado el Holoceno temprano (11.000 A.P.) donde junto a condiciones climáticas más benignas, comenzaron a multiplicarse estos primeros testimonios de arte sobre bloques, paredones, aleros y cuevas en la Patagonia. Los sitios ideales para plasmar las pinturas fueron cuevas con buena iluminación y rocas al aire libre suficientemente inclinadas para proporcionar protección a la acción del clima.

 

Se distinguen tres etapas de arte rupestre en la Patagonia: el más antiguo, lo constituyen las pinturas con escenas animalísticas y de cacería que también incluye motivos geométricos simples y refleja con fidelidad una cultura de cazadores. La segunda, más reciente que la anterior, adopta la técnica del grabado y compone por pisadas de animales; mientras que la tercera y más actual, se caracteriza por motivos geométricos abstractos que se diferencian de las modalidades estilísticas previas y se identifica por su geometricidad, ordenación y ritmo repetitivo, inexistente en los otros estilos. A éste tipo se le denomina estilo de grecas o tendencia abstracta geométrica compleja (TAGC) (Fernández, 1997) y es la técnica  presente en los valles interiores de Cochamó conocidos actualmente:Torrentoso 1, Correntoso 1 y Vidal Sur 1. 

 

Las pinturas TAGC son atribuidas a los tehuelches que se desplazaban por la Patagonia; ya que la composición de los motivos fue plasmada, igualmente, en su cerámica, vestimenta, hachas ceremoniales, placas de piedra, matras (mantos de cuero), paredes internas de sus toldos de cuero, naipes y pinturas corporales. Las TAGC se caracteriza por ser representaciones abstractas cuyo patrón básico se compone de un trazo lineal recto y corto dispuesto en ángulo recto que forman líneas escalonadas o ángulos agudos que componen líneas en zigzag, la unión de estos trazos organiza figuras geométricas simples y complejas, donde la línea de patrón escalonado define la forma de una greca en la conformación más compleja. Además es posible observar otras formas elementales como: rombos, cruz, cuadrados, polígonos, estrellas, soles y círculos.

¿Qué son las pictografías?

Pictografías o motivos rupestres son representaciones realizadas sobre roca, compuestas de tres elementos: el pigmento o color; el aglutinante, que permite adherir la pintura a la superficie sobre la cual se aplica y un vehículo, por lo general agua, que hace fluida la pintura. Identificar el aglutinante resulta muy difícil, debido a que se trata de materiales que se deterioran fácilmente por ser orgánicos, como sangre, grasa, saliva, orina, huevos u otras, mientras que el pigmento se obtenía de sustancias minerales (óxido de hierro, manganeso, cinabrio, carbón, etc.). Así, la combinación de mezclas generaba diferentes colores desde el negro, blanco, variedad de rojos ocre, naranjo y amarillo, que se aplicaban con los dedos, pincel o hisopos. 

 

En términos de escala de análisis, los componentes de un sitio rupestre son:

 

Motivo Rupestre: Son las marcas de origen antrópico, pintadas o grabadas que son percibidas por las personas del presente como formas o diseños rupestres.

Panel: Es la sección, cara o pared de una superficie o emplazamiento rocoso en el que se encuentran plasmados los motivos. 

Emplazamiento rocoso: Es la superficie rocosa que soporta los paneles y motivos rupestres. Puede ser un bloque errático, un abrigo, una pared rocosa o un afloramiento.   

Entorno: Es el conjunto de todo aquello que rodea el emplazamiento rocoso, abarcando sus condiciones físicas naturales, geográficas, medioambientales o socioculturales (usos del suelo actual o en el pasado

Paisaje: Es el espacio en el que confluyen los eventos naturales y la acción que el hombre ha ejercido sobre este, en que la mirada o interpretación que se hace sobre éste constituye el paisaje.    

Elemgasem es para los tehuelches el padre generador de vida y habita en una cueva. A esta deidad se le atribuye la autoría de las pinturas rupestres. 

Hacia el final del desarrollo de esta modalidad estilística las pinturas disminuyeron su tamaño delineándose a través de trazos muy finos, de 2 o 3 mm de espesor, donde las formas no cambian en absoluto, sólo varía su tamaño y la delicadeza del trazo que convierte a estas pinturas en miniaturas

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